Hábitats extremos

Excursión guiada de jornada completa para observar y fotografiar la perdiz nival (Lagopus muta) y otros habitantes de la alta montaña pirenaica.

Duración: Entre 6 y 8 horas dependiendo de las condiciones de observación.

Precio: 220€ por guía (max. 7 pax)

Dificultad: Media

Te proponemos un viaje sorprendente, a uno de los territorios más difíciles para la supervivencia de los seres vivos en nuestro planeta, las cimas de las montañas.

Descubre a los animales adaptados a uno de los climas más extremos de Europa, las cima de las cordilleras.

Pasearemos en alturas que rondaran los 2.500metros de altura gracias a la ayuda de nuestro vehicula 4×4 para intentar descubrir cómo sobreviven las especies boreo-alpinas que soportan los rigores del clima de montaña con temperaturas de hasta  -20 º bajo cero en invierno y con vientos que pueden superar los 100 km por hora.

El periodo de acceso a este singular enclave es limitado, desde el mes de mayo a octubre normalmente.

Si realmente queremos tener éxito, será necesario caminar un poco, por lo que una mínima forma física es imprescindible.

En condiciones óptimas, podemos estacionar el vehículo a 2500 metros de altura y a partir de ahí empieza el reto.

Nuestro objetivo será intentar avistar a la perdiz nival o lagópodo alpino que presenta un endemismo en la población de pirineos (Lagopus muta pyrenaicus) heredero del pasado glaciar de estas montañas resultado del aislamiento de las poblaciones respecto a otros macizos montañosos.

Es uno de los pájaros más difíciles de observar de nuestro país por su gran habilidad para el camuflaje tanto en verano como en invierno y que tiene su hábitat en las cotas superiores a los 2200 metros de altura y que nunca desciende de los 1800 metros de altura.

Otra ave extrema el Treparriscos (Tichodroma muraria) instalará sus nidos a estas alturas desde el inicio del verano. Los cortados rocosos son su hábitat, donde busca su alimento escalando las paredes desplomadas en busca de pequeñas arañas.

Estaremos muy atentos también a los bandos de gorriones alpinos (Montifringilla nivalis) y a los acentores alpinos (Prunella collaris) que buscan el alimento en las zonas donde las plantas extremófilas afloran entre la roca desnuda.

Los mamíferos extremos de la alta montaña están representados por el Rebeco o Sarrio en aragonés (Rupicapra rupicapra ) capaz de correr a 50 km cuesta arriba o pegar saltos imposibles sobre las rocas haciendo gala de un equilibrio excepcional.

Otro mamífero extremo de las praderas de montaña, por su capacidad de hibernación, al que podremos observar con facilidad, es la Marmota ( Marmota marmota ) que puede llegar a dormir hasta siete meses en los rincones más inhóspitos del planeta.