UN POCO DE HISTORIA MEDIEVAL

Urbicio (o Úrbez en Aragón) nació a principios del siglo VIII en Burdeos, pero fue capturado por los musulmanes siendo aún muy joven y trasladado al noroeste de la actual España.

Allí permaneció esclavo hasta bien entrada su edad adulta, cuando consiguió la libertad y volvió a Burdeos.

Poco después emprendió un viaje para cruzar los Pirineos y acabó estableciéndose en el norte del Sobrarbe, trabajando como pastor e integrándose con la población cristiana local.

El resto de su vida la pasó en distintas zonas de la región pirenaica central, alternando períodos de vida eremítica con etapas en monasterios, y siempre dedicado a la enseñanza de la fe cristiana.

A día de hoy, San Úrbez es el patrón de los pastores, y uno de los santos más venerados de la región.

La ruta une Huesca con la ermita de San Úrbez, ubicada en el cañón de Añísclo (Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido). Pasando por Chibluco, Nocito, Laguarta, Albella y Buerba, atraviesa la Sierra de Guara y los valles de los ríos Guarga y Ara hasta llegar al pie de las altas montañas. El camino transcurre por terrenos rurales y agrestes, donde en ocasiones parece que el tiempo se haya detenido hace más de un siglo. De hecho, se trata de una de las zonas más deshabitadas del país.

Del llano a las montañas…

El recorrido atraviesa un gradiente espectacular de paisajes.

Por un lado, el inicio de la ruta está dominado por los las estampas agrícolas de la Hoya de Huesca, con campos de cereales y frutales que abarcan más allá de donde alcanza la vista, con la Sierra de Guara al fondo.

De pronto, el camino se adentra en el corazón de Guara y nos encontramos rodeados de riscos de roca caliza y vegetación arbustiva. Es aquí donde se encuentra, escondido en la roca, el monasterio de San Martín de la Val d’Onsera.

Una vez en lo alto de la agreste sierra se comienzan a divisar las cumbres de los Pirineos a lo lejos.

Así, el camino continúa hacia el noreste de forma ondulante, atravesando algunas zonas realmente recónditas, donde es más que probable no toparse con nadie, y donde la vegetación -a medio camino entre mediterránea y montañesa- hace décadas que va ganando terreno a los antiguos campos de cultivo.

Finalmente, tras ganar altura, llegaremos a la diminuta aldea de Buerba, cuyas vistas del macizo de Monte Perdido no dejarán a nadie indiferente. Ya solo queda bajar hasta el profundo Cañón de Añísclo al día siguiente y alcanzar la Ermita de San Úrbez, ubicada en un abrigo natural de la roca y construida en algún momento del siglo VIII.

La ruta consta de 6 etapas con las siguientes distancias y desniveles:

  • Huesca – Chibluco: 11 km, 345 m desnivel, 3-3.5 h
  • Chibluco – Nocito: 25 km, 1100 m desnivel, 8-8.5 h
  • Nocito – Laguarta: 20 km, 800 m desnivel, 6.5 h
  • Laguarta – Albella: 14,5 km, 540 m desnivel, 5 h
  • Albella – Buerba: 20 km, 1000 m desnivel, 7 h
  • Buerba – San Úrbez: 3.8 km, 120 m desnivel 1-1.5 h

Puedes ampliar un poco más la información leyendo este articulo de nuestro blog.

Si quieres vivir esta experiencia, escríbenos. Organizamos este viaje para grupos durante la primavera y el otoño.